Una anécdota curiosa

El día que yo llegue a ser viejo, espero ser uno de esos viejos llenos de sabiduría. Un monarca de barba larga a la que todos los hombres del mundo le van a consultar por estar a la altura de filósofos como Sócrates, Platón o Wikipedia. Quiero repartir conocimiento de experiencias y anécdotas que contarle a mis nietos.

Entonces, es aquí cuando se presenta una anécdota de no hace mucho tiempo. Un hecho sucedido en Febrero de este año.

Todo empezó en una salida nocturna por las calles de Capital Federal. Una noche estaba esperando el colectivo a eso de las 5 de la mañana para volverme a mi casa, cuando 2 chicas se sitúan al lado mío. En su charla, me uno yo también y hablamos los 3 de boludeces con un trasfondo de mi interés por levantarme a la petisa tetona que estaba allí.

Entre charla y charla, ella se va en Taxi y yo me subo con la otra chica en el colectivo, y seguimos la charla hasta que ella se tiene que bajar en una calle, sin antes pedirle su número de celular gracias a mi comentario optimista y seductor: “Che, me pareces una chica copada, así que sigamos esto en otro momento. Pásame tu cel”.

Un completo galán en mis noches nocturnas.

Al otro día, le mando un mensaje de texto para saber si volvió bien a su casa tras la noche furiosa de lluvia. No me contesta. Pasado una semana me responde y seguimos la charla. Luego la agrego al Msn pero con un cierto detalle: me aparece bloqueada.

Me impresiona esto. Llama mi atención: ¿Por qué estaría esta chica desadmitida en mi lista del Msn, si nunca la había agregado?

Empezamos a charlar, y en un momento me responde: “Che… me parece que te conozco de algún lado ¿Vos no ibas a bailar a Seven?”. Un viejo boliche de cuando era matinée.

Yo respondo que sí, pero curioso e intrigado ¿Cómo es que me conoce? Y seguimos hablando, hasta que me dice: “¿Y vos no tenías pelo más largo, con rulos?”

Entonces es aquí cuando me detengo. ¿Cómo es que me conoce? ¿Quién es? Hasta que empiezo hacer memoria de quien puede ser, y he aquí la cuestión.

Empiezo a tratar de recordar quien es, y todo se remonta a una noche de sábado en la matinée de Seven, con un viejo compañero y amigo, en el que estábamos en la pista de baile hasta que veo una chica a la que, entre charla y charla, empezamos a los besos y me la lleve a un sillón para seguir comiéndomela. En eso me pide mi collar de aquel entonces, y se lo doy. Al otro día me pregunto:” ¿Qué carajo acabo de hacer? Quiero mi collar” Entonces arreglo una salida con ella.

Cuando salgo al parque y la veo bien a la luz del día, observo las dimensiones de su tamaño, su cuerpo, su cara… y mi expresión fue esta:

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Horrorizado. No sabía cómo cumplir el plan de recuperar el collar sin salir herido y llegar a mí casa sano y salvo. Entendí que en ese momento estaba jugado y que ahora tenía que arriesgarme por el bien de mi collar que no llegaba a valer en aquel entonces ni 10 pesos.

Entonces, luego de morir a balazos y volver a mi casa como un soldado después de una batalla en Stalingrado, pongo el Msn, la busco en mi lista de contacto a esta chica. Desadmito su email y la borro del Msn con la completa seguridad de que nunca más la iba a volver a ver.

Evidentemente… me equivoque, y no solo la vuelvo a ver hoy en una 2da salida con ella tras la exitosa salida del Domingo pasado cuando fuimos a jugar al Pool, sino que ahora la mina me calienta. Me pone cachondo. Y no sé por qué.

Y bueno… son cosas que pasan.

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