La diferencia entre debatir como un ciudadano del siglo XXI, y ser un grano en el culo

Este es uno de esos artículos que quiero que te los imprimas y te los lleves para la próxima vez que asistas a una simulación de la ONU en tu colegio.

Es más, eso no es suficiente. Todo lo que vas a leer, es para que lo imprimas y se los repartas a todos los integrantes de tu familia, y lo tengan en cuenta cada vez que van a discutir un tema en la cena familiar.

Y si no te parece suficiente, quiero que lo imprimas y se lo des a tu novia así lo tiene presente ante de hacerte algún planteo estúpido que se soluciona con cambiarle de tema. ¿Sos mujer? Entonces quiero que imprimas muchas cantidades de este post, en lo posible que sean 100 impresiones. Las abollas todas, haces una gran bola de papel y la prendes fuego, para después tirársela a tu novio y así se muere. Esos hijos de puta nunca aprenden.

Siendo de una u otra forma… quiero ayudarte.

La última vez que tuve una discusión de esas que dan motivo para que Zeus tire un rayo desde el Olimpo, fue porque uno de mis mejores amigos no entendió la idea de que no me gusta discutir en temas que yo no quiero que se discuta en el blog.

Entonces reflexione y medite. Fue necesario que desempolve mi música instrumental barroca para entrar en estado conmigo mismo, y darme cuenta de algunas cosas.

¿A qué conclusión llegue? La gente no entiende que quiere decir el “no”.

Cuando vos decís “No” o afirmas que no queres que te rompan las pelotas, no parece quedar del todo claro que tu actitud de “no me rompa las pelotas”, tiene una gran extensión del cual vos no tenes problema de abarcar.

Es decir, que si vos no queres discutir algo… simplemente exprésalo tal cual. El problema es que hay quienes quieren seguir la discusión. Hasta lo note en uno de mis familiares que en ese momento no entendió que el tipo que andaba en la moto, ya no quería discutir más.

Entonces es ahí cuando el “debatista”, deja de ser un tipo fomentador del debate productivo para convertirse en un rompe pelota que no se da cuenta que ya está quedando mal visto, y que los que están a su alrededor quieren que se calle.

Tal vez… vos podes ser esa clase de personas rompe pelotas a los que yo llamaría “granos en el culo”. Esa clase de gente que ya no ves la hora de que alguien les ponga un bozal así dejan de joder.

¿Qué tal si te digo cual me parece la forma más correcta para debatir, y a su vez te digo como tenes que tratar a los granos que te salen del culo? O mejor dicho, como tratar con tipos que te quieren discutir, y que vos no queres hablar más.

Yo he discutido a raja tabla.

Cuando vos estabas haciendo tarea del colegio, yo entraba a internet y me quejaba de alguna publicación estúpida para dar lugar a una pelea entre cruces de palabras como lo podía hacer un Troll. Desde que tengo uso de razón, mis 3 grandes hábitos fueron:

1-Aconsejar

2-Masturbarme

3-Discutir

De ahí aprendí que no se puede discutir con cualquiera. Hasta discutir y debatir son sinónimos del cual suena más lindo cuando hablamos de “debatir”, porque “discutir” me hace pensar que se hace con cierta tonalidad negativa e imagino a una mujer ya con las tetas por el piso revoleando zapatos y sartenes.

Cuando vos debatís con alguien, tenes que tener en cuenta que no podes hacer un intercambio inteligente de ideologías o formas de ver la vida con cualquier persona. Esa es una de las realidades más presentes que tenes que tener a la hora de plantear una idea que esta por ser contra-argumentada.

La pregunta es: ¿Por qué?

Por el simple hecho de que no todas las personas son de mente abierta. Me chupa soberanamente un huevo aquel que te haya dicho que acepta las opiniones de cualquiera. La realidad es que uno no acepta las opiniones de cualquiera cuando son críticas negativas con mucho grado de insultos y que, a su vez, uno lucha contra la crítica resistiéndola en lugar de aceptarla tal cual duramente viene.

Y no lo digo por mí de haberlo hecho alguna vez, pero solamente basta que veas a una persona como se defiende ante las críticas con contra-argumentos ante cada acusación o comentario que proviene de una persona que piense distinto.

Si vos te consideras una persona que acepta las opiniones refugiándote en que tenes la “mente abierta” y que escuchas a los demás… no te quejes cuando te insulten, ni tampoco te defiendas. Recibí las balas mostrando el pecho.

Ante temas así, hay que tener en cuenta que la política y la religión son temas que hacen saltar la chispa a cualquiera. Yo ya no debato políticamente ningún tema con alguien que piense distinto cuando desde el primer momento, no me deja terminar de expresar algo y ya me quiere interrumpir con algún argumento. Lo mismo con la religión ante alguien que se olvida preguntar para entender a qué voy.

¿Sabes cuál me parece la mejor posición que vos podes adoptar cuando escuchas/lees a alguien?

¿Sabes cuál me parece la mejor reacción que vos podes hacer cuando escuchas/lees a alguien?

¿Sabes cuál me parece la actitud más inteligente que va hacer que todo lo que vos debata te lleve a buen puerto?

Preguntar.

Es tan simple como eso. No acuses. No des firmeza algo que vos entendes de la otra persona. Simplemente pregunta.

¿Por qué te digo que preguntes? Por qué vos no estás en la piel de la otra persona para entender la totalidad de lo que él te quiere decir. Es decir que a vos jamás te va a quedar totalmente claro el mensaje que te da el otro sujeto hablante, por el simple hecho de que vos no tenes la experiencia de la otra persona que te está compartiendo la información.

Así que no des por sentado hacia dónde quiere llegar si en ningún momento hiciste preguntas.

Ahh… y no seas sucio con esto. Cuando yo te digo que preguntes, no vale hacer preguntas retoricas, capciosas o que busquen persuadir a la otra persona para dejarla mal parada. Una cosa es debatir con la idea de poder aprender algo nuevo de la otra persona, y otra cosa muy sucia es lo que hace todo el resto de la población que busca validar lo que piensa cada uno con el fin de satisfacer el ego personal. Esto último es lo que estoy seguro que más de uno hace sin darse cuenta que al final, realmente no aprendió un carajo y que todo se resumió a una pelea de egos.

Podes hacer algún comentarillo a un argumento para dejar más claro la idea. Podes hacer un aporte dando ejemplos que te da la otra persona para que el otro te re afirme y así poder comprender de que precisamente te está hablando la otra persona y hacia dónde quiere llegar. Acá importa mucho el sentido común que yo creo que vos tenes cuando digo que evites la confrontación directa.

A su vez, tampoco contra-argumentes. Eso de que alguien te diga su idea y que vos compartas la tuya con el fin de poder demostrar quien tiene mejor idea, es de pendejo de 15 años. Eso lo veo hasta en mayores que todavía no entienden que lo único que hacen es quejarse, no dar una idea. Una cosa es que lo hagas en un debate político dentro de la cámara de Senadores, y otra cosa muy distinta es cuando discutís con un amigo o con tus familiares.

El simple hecho de hacer preguntas va a dejarte en claro cuál es la intencionalidad de la otra persona cuando dice lo que expresa, como arma su argumento y por qué tiene ese tipo de opinión. Así te va a desvelar mucho más la identidad de la persona con la que estas debatiendo y cuál es su propósito en el discurso que confecciona.

Como también preguntas, es bueno que pidas sugerencias y consejos de tu opositor y sigas preguntando por que dice lo que dice.

Y es ahí que cuando acumulaste toda la información que te dio la otra persona, podes plantear tu idea, que pensas al respecto y darle forma a tu argumento. Así vas a tener mejores herramientas de que decir y como. La otra persona no te va a poder desvelar ninguna información nueva de la cual vos no te puedas defender. Vas a comprender mejor la idea del que piensa distinto, que hasta podes adornar tu argumento con palabras del otro sujeto para hacerle entender mejor hacia donde queres llevar con tu discurso.

Practícalo. Primero escucha tanto y sácate todas las dudas para poder armar un argumento enriquecido de información y que pueda adecuarse justamente al tema a tratar sin irse por las ramas, y también pueda generar una nueva forma de ver las cosas. La importancia del debate es que tu punto de vista pueda alternarse con otro punto de vista, y a su vez puedas tener nueva información que se adecue a un mejor bienestar. Demás está decir que no busques tener razón, sino escuchar. No hay nada que ponga más cómodo a una persona en un debate que lo único que hace es escucharte y preguntar, y no contra argumentar que lo único que hace evidente es que la otra persona busca tirarte abajo, y vos ni si quiera terminaste de hablar o que parece que la otra persona ya te entiende a la perfección.

Ese es el problema cuando contra argumentas el discurso de la otra persona. Vos podes dar por entendido lo que te dice, cuando dejas de lado que la otra persona tiene 5000 ideas en la cabeza y que el mensaje vos lo interpretas de una forma, que no podes dar por seguro si lo interpretaste de la forma puntual que lo quiso elaborar la otra persona. Todo ser humano entiende las cosas… a su manera.

No importa si te lo dicen personalmente o lo lees en una carta de hace 10 días. Hay muchas cosas que vos desconoces por parte del destinatario y contra argumentar es una muy mala estrategia. Por eso primero te aconsejo que preguntes tanto, a tal punto que ya entiendas la idea de la otra persona y sientas la “empatía” de poder comprender por qué expresa lo que dice, o porque tiene esa ideología. Cuando ya estés en el lugar de la persona (y eso te va a tomar mucho tiempo si te guías por tus pensamientos, en vez de escuchar a la persona al 100%) ya vas a poder hacer frente a su argumento por tener la postura que tiene. Tenes que ser lo suficientemente humilde con vos mismo para dejar de lado tus ideas, poner la mente en “blanco” y escuchar a la otra persona.

Debatir tiene su relación con el “ego” y como uno también uno lo autosatisface al discutir y tratar de tener razón para dejarlo contento.

Por último, ¿Qué hacer con alguien que se convirtió en un grano del culo y te quiere discutir cosas que vos no queres debatir? Simplemente deci: “Cállate”

Y si el cállate no funciona, por que suponemos que la discusión personal no deja de incendiar y no te animas a ser tan frontal, podes recurrir a otra forma honesta y humilde de decir las cosas.

¿Cuál? Deci: “Honestamente no tengo ganas de seguir discutiendo”

¿La discusión sigue? Pregunta: “¿En algún momento vas a dejar de discutir?”

¿La otra persona no entendió el mensaje? Entonces simplemente boludeala. O mándala a cagar. Ya llega un momento en que te sobran motivos que hasta podes enseñarle a la otra persona que está quedando mal, y que lo mejor que puede hacer en ese momento, es callarse.

Cuando logres a través de la práctica, poder desarrollar la actitud de no debatir porque simplemente no te importa y permanezcas inmutable frente a alguien que te quiere debatir o ponerte de mal humor, vas a llegar a una sensación en la que vas a decir: “Me chupa un huevo la opinión de los demás”.

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