X-men: Days of Future Past (sin spoilers)

Nunca he esperado menos de Marvel. Todavía me acuerdo de las veces que prendía la tele, ponía en aquel entonces el canal de Fox Kids para deleitarme de la calidad noventosa (¿u ochentosa?) que gozaba en esos tiempos para ver X-men. En mi presente, recordaba a Wolverine y Bestia con el paso de los episodios más salvajes. A Magneto y Xavier cuando perdían sus poderes y tenían que huir de una isla. A Gambito con Rogue como pareja (y la mutante no era una niñita, ya que muchos recordaran ese cuerpo amazónico que te podría dejar con la chota parada con tan solo imaginar una mujer real así en bikini) y los centinelas que buscaban a los mutantes. Esto es tan solo, unos pocos ejemplos de lo que el rico mundo de X-men, tenía para ofrecer: personajes peleando por el respeto de quienes los discriminan, personalidades que mostraban su mundo, tipos rudos que nunca perdían su estilo, bondad y humildad que hacían brillar la excelentísima escuela, o villanos que ambicionaban un poquito más allá que la simple “conquistar del mundo”.

Si me preguntaras puntualmente que es lo que me gusta de X-men mas allá de lo que nos gusta a todos, tal vez no sabría decirte. Me tomaría mi tiempo. Pero si puedo decirte que me gusto de X-men: Days of the Future Past.

Lejos de spoilearte la historia, puedo decirte que ya me pone de buen humor ver el nombre de Bryan Singer como director de esta cinta. Era lo que ansiaba ver desde aquel 2000 cuando disfrute en casa la 1er película de X-men. Los resultados de distintas secuelas no me hacían sentir a su altura a pesar de su disfrute. Como haber altibajos en distintas secuelas, el cine del cual goce ayer se lleva todos mis aplausos.

Directo en la trama, se presenta un poquito más alejado de lo que presentaba el dibujo animado. No va a ser Bishop quien regrese al pasado para evitar a los centinelas, sino Wolverine. Lo que suceda en el pasado, no quedara en el pasado sino que tendrá su consecuencia en el futuro (pregúntale a Marty, que pasa cuando no cerras la puerta de un coche que puede viajar en el tiempo) para así dar lugar a 2 historias paralelas: lo que pase en el tiempo en que se están anunciando los centinelas, y que pasa cuando Wolverine se altera para dejar consecuencias en su futuro.

Música que acompaña y te mete de lleno en la trama. Regresos de personajes emblemáticos como Ian Mckellen en su papel frío de Magneto, o Patrick Stewart desde la serenidad del profesor Charles Xavier, y ver como se contrasta cuando James McAvoy tiene que darle vida a aquel joven mentalista que quiere rechazar las voces de su cabeza que le impiden dormir.

Para mi sorpresa, me gustó el rol en el que está ubicado Wolverine. Quienes esperen de ver como sigue el héroe que pelea contra todo el barrio, deja mas lugar al protagonismo de otros mutantes que pueden estar a su altura. Ponele tu atención al joven bestia que acompaña al joven profesor que ya no siente estar a la altura de lo que demanda frenar a Magneto. Ni quiero spoilearte sobre qué pasa con Raven/Mystyque, pero solo te digo que ya no es la nena mimada de Xavier, y mucho menos la empleada del hombre que le gusta doblar cucharas.

Si me preguntas cual fue el personaje que me dejo con ganas de verlo otra vez, no puedo decirte el nombre porque te spoilearía la gran sorpresa de la película. Si viste “Capitán América: el soldado del invierno”, solo que digo que aparece esa mismisima sorpresa que hay al final, después de los créditos. Créeme: a vos también te va a encantar verlo en las próximas películas de la saga (y en los vengadores… ¿Por qué no?). Todo lo que viste en materia de mutantes, un porotisimo al lado de este. Si sos fanático de la saga, acordate de mis palabras: abrí los ojos tanto como el tamaño de las tetas de Vicky Xipolitaki, levanta las orejas como un buen perro de caza, y escucha el dialogo que tiene en el ascensor con Magneto.

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Por si tenías alguna duda de cómo tenes que abrir los ojos.

Todo lo que pueda decir del resto de la película, sobra. Demás está decir que te tenes que quedar hasta el final de los créditos que, a pesar de que no es una gran sorpresa con lo que te vas a encontrar (al menos de mi parte, empecé a convulsionar cuando vi como la gente se paralizo en el aeropuerto cuando apareció el profesor en el final de Wolverine: Inmortal) pero no deja de ser uno de los detalles que te deja inquieto para la próxima película.

Anda a ver X-men: Days of Future Past. Vale cada centavo que pongas.