Haz tu pequeña travesura

Tengo esa sensación de que no sos lo suficientemente travieso para hacer ciertas cosas. Así somos todos en su mayor o menor medida porque permanecemos inhibidos y no nos soltamos lo suficiente.

Inclusive, cuando te soltas, no te soltaste lo suficiente. Hasta te diría que no te mandaste suficientes cagadas para ser alguien irreactivo que puede llegar aún más lejos.

Esto ya no es una cuestión de tener buenas respuestas del exterior y que todos te aprueben de qué hiciste un buen trabajo. Es justamente al revés. Es ser un autentico cabron. Un verdadero hijo de puta de esos en los que la gente te ve como un tipo peligroso porque puede atentar contra su ego. Esa clase de gente que hace que tengas que romper tus reglas morales.

No idiota, como este no me refiero

 

Claro, a este me refiero

Bueno. Cuestión. Ayer tuve una noche de esas que todo lo ameritaba para irse bien al carajo y dejarse las excusas de: “Yo vengo acá a bailar”

Bailar las pelotas. Tus bolas tienen que bailar yendo de un lado al otro cuando estas con una mujer (o vamos a decir con un hombre por qué no tengo que descartar la posibilidad de una audiencia de homosexuales que leen el blog). Lo mismo por si sos mujer, créeme que ya no me convence el cuento de que van a bailar cuando entiendo poco a poco la mentira del boliche.

Eso es una de las primeras premisas que tienen que estar en tu cabeza: todo es una ilusión, nada es verdad, y todo está permitido.

Los videojuegos muestran una mejor realidad del mundo, que la revista

Cosmopolitan y Parateens juntas.

La vestimenta que porta la gente es falsa: da una imagen de algo que no son. Las luces de boliche que encienden y apagan para estimular tu cerebro y darte un panorama de que los códigos de ahí adentro no son los mismos que los de afuera. Música que busca motivarte a bailar cuando siempre llegas a tu casa, mirando a tu destornillador viril y te preguntas por qué no le hablaste a todas esas chicas hermosas que se cruzaron por delante de ti.

Nunca van alcanzar las palabras para hablar de los miedos y las inhibiciones. Sé que siempre algo va a faltar por decir y no va a ser suficiente para que lo entiendas como lo estoy viendo.

El problema social está cuando te crees todas esas mentiras de “ser bueno”. ¿Quién carajo determina lo que es bueno y malo como si eso estuviera escrito en un libro universal de la moral? Hablar de la Biblia es trampa por qué no da ninguna garantía de que te vas a ir al cielo por cumplir 10 mandamientos.

Entonces te tenemos a vos que guías tu vida en base a tus creencias. Bien. Eso es lógico, pero es de hipócrita decir cosas y hacer otras. Lo he visto en muchos. Hasta lo hice yo. Excusas sobre salen y no vas a ser 100% preciso en cada instante y congruente por todos los poros. Así somos todos. No sos un bonito copo de nieve lindo que es especial.

No sos especial un carajo y no sos única. Pero para nada. Deja de creer en esas mentiras para sentirte bien. Eso es darte un placebo para que tires una sonrisa de minuto y medio y después vuelvas a lo mismo.

Cortemos con las boludeces. Ya no tenemos 15 para estar mariconeando con creernos que no necesitamos ayuda. La tenemos que reclamar por que la sociedad moderna la esta embarrando en cosas que no son conscientes.

Te faltan esos “clicks” que marcan un antes y después en tu cabeza. Hablo de esos “puntos y apartes” que ya llevan hacia otros panoramas y otras historias en tu vida.

Basta de la mentira de que hombres y mujeres no son lo mismo. No son lo mismo, pero lo que puede hacer un hombre para salir de su casa es lo mismo que puede hacer una mujer para salir de su casa. El concepto de “revolución” es igual de aplicable para ambos géneros cuando no te dejan salir sola. Que vos seas una estúpida que se llena de excusas con: “Ay, pero a vos te dejan porque sos hombre” hace que revolucionarias como Juana de Arco, Evita o cualquier líder mujer se pregunte qué carajo está pasando con su género sexual, que prefieren quedarse en la comodidad llenándose de excusas, en lugar de preguntarse “¿Por qué no?” y generar una revolución en sus vidas, a pesar de que sus padres los quieran limitar mas con sus sentencias.

No sé de qué carajo habla de este libro, pero debe estar lleno de ejemplo de mujeres

que rompieron paradigmas y moldes demostrando que las mujeres son muchísimo

mas que cuerpos bonitos y nenas adorables que no se pueden defender

por si solas.

A veces la vas a tener que cagar.

Te vas a equivocar y mucho. Hasta te vas a sentir un pelotudo/a y vas a llorar. Es lo más posible. Sentirse mal es común y eso está bien. Quiere decir que hay una comunicación de vos contigo mismo.

Pero si no sintieras absolutamente nada cuando hiciste algo increíblemente zarpado, eso es porque estas donde yo pretendo que estés. Un lugar donde las estupideces no te afectan y tu realidad es mucho más fuerte que cualquier estupidez de algún fulanito de tal que habla de cosas que no sabe ni si quiera responderla. Otro ejemplo es el de la gente que te dice cosas de cómo ellos las ven y después terminan haciendo totalmente lo contrario porque su parte “instintiva” les dictó otra cosa y actúo.

Eso quiere decir que esa persona es una hipócrita, y que su instinto se merece una media docena de empanadas de carne picada por que venció a la estúpida lógica que tiene cada uno: creer en toda la ilusión que la sociedad moderna te mete, llenándote de miedos con que te van a castigar.

Nada más lejos que la realidad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Multiorgásmico.
Sofía.