Muy pocas veces se podría dar un caso que, si no es único, es al menos inusual, en el que una persona cree que tiene un momento de inspiración único para hablar, de hecho yo creo que lo tengo ahora… estando de borracho.
Y si son las 6 de la mañana como me lo indica el reloj, entonces tendríamos que usar un factor más: además de que estoy borracho, tengo SUEÑO. Es así que no sabemos que mas puede surgir de este estado, un estado mas emiruchesco que el propio emirucho que se sienta para escribir y hablar de algo.
Es así que todo lo estoy pensando para remontarme hacia lo que fue ese lunes, ese lunes donde empezo mi primer día de clases en la facultad.
El día lunes, que creo que fue el 28 de marzo, o al menos los últimos días de marzo, mi día empezo yendo al laburo donde trabajo, que lejos de la importancia que puede tener todo lo sucedido ahí, termino remontando me hacia el colectivo, el Bondi que me tome para irme hasta la facultad, que es ahí mismo donde en este medio de transporte argentino, me encuentro con una ex compañera y una amiga de ella que van a la misma facultad que yo y que intercambiamos palabras, conocimientos, y muchas cosas mas que no recuerdo ahora y que si no recuerdo ahora, debe ser por que estoy medianamente borracho y con sueño, o por que sencillamente me chupa un huevo: no recuerdo ese momento, y creo que no fue algo importante y demoledor en mi vida.
Pero si me acuerdo haberme bajado del Bondi, y estar caminando con ellas para entrar a la facultad sin tener la mas palida noción de que hacer en todo ese momento. Cuando empiezas la facultad, estas ubicado en el mismo lugar y misma posición social que todos, que es en no entender que coño hacer, y que para colmo no conoces a nadie en el aula, por lo que tenes que verte en la necesidad de al menos hablar con alguien si quieres entretenerte, o ponerte a escuchar música, que es lo mas antisocial de ese momento.
Encuentro mi aula en el 2do piso, y veo que todos estaban esperando en la puerta del salón, por lo que se hace una acumulación de personas bastante grande, que te ves en la logica de decir: “entonces, yo DEBO esperar aca”.
Pero no.
Un inteligente, llega e ingresa en el aula, lo hace otro… y otro… y otro… y otra persona mas, tal es asi que los 70 pelotudos que estaban en la puerta del aula (incluido yo), nos dimos cuenta la estupidez hecha y entramos. Es asó que llegas a la conclusión de que el 99% de los casos, si tomas la iniciativa, es mejor que esperar que otro haga las cosas.
Entramos, nos sentamos, y yo me veo con la misma actitud que todos, no entender nada, y mirar al techo, alrededor y seguir en nuestra nube de pedo hasta que se cruza el “hola” o alguna otra frase dada para el momento indicado y así iniciar una charla. De esa manera conocí a Agustin y a otros pibes mas con los que me junto en la facultad… pero hay un tema.
Un tema que lo encuentras en la facultad, y ya lo habías visto en el secundario, pero con la diferencia de que en el secundario conoces a todos las personas de tu curso y que puedes lograr de alguna u otra manera una buena convivencia. En la facultad la puedes lograr… o puedes mandar bien al carajo al pelotudo que te cae mal.
Es así que los primeros días hacen que puedas identificar a las personas y puedas reconocer sus caras, por lo que como he logrado compañeros/amigos, he logrado enemigos que si ellos no saben que me caen mal, yo se que me caen mal. En la facultad te encuentras a esa tribu social que hace alarde en tu secundario, o al menos en el cine yankee cuando ves a los universitarios. La facultad me hizo presente en haberme encontrado a los nerds de la escuela que quieren hacer alarde de su inteligencia y que, mas inteligente que callarse la boca, prefieren intervenir en la clase para demostrar que saben, y no para hacer un aporte inteligente. En las 3 materias que curso, me he encontrado con el nerd que en todas las clases hace preguntas, aporta con comentarios que vos mismo los escuchas y te parecen lo mismo que nada, preferís que se callen la boca, o como el pelado que en la clase de sociedad y estado, le encanta tanto la materia que prefiere hablar que cerrar el culo. Le apasiona tanto la historia que prefiere ayudar al profesor haciendo comentarios y demostrando le que sabe, cuando a todos los alumnos empieza chupando nos un huevo… y tiempo después resulta algo fastiodoso.
Pelado, cariño, tu vida no me importa… pero CALLATE. No te van a dar un chupetín por participar en clase, asi que mejor callate en lugar de decir huevadas y hacer lujo de tu corta inteligencia para una sola materia. El problema de algunas personas, es que cuando quieren hacer brillar lo que mejor tienen, terminan siendo insoportables.
Entonces, me veo en el comienzo de una nueva etapa en esta vida en la que se que me vere a prueba de una gran demanda de responsabilidad, una gran prueba para aprender a desarrollarme como persona, tolerar a los estúpidos del turno tarde, y seguir adelante sin mirar atrás.
Si les gusto esto que escribí, me doy cuenta que puedo tirarme un pedo aquí y que todos se van a reír, y si no les gusto, no me interesa… me cago de sueño y me quiero ir ya a dormir.
Nos vemos.
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