Un día de tantos, voy al baño y me miro al espejo, luego se me da por ver mis pezones y noto que uno de ellos, tenia “pezoncitos” alrededor del pezón madre.
“Madre mía”, pensé, mis pezones se habrán apareado sin mi permiso, y ahora me veía en la responsabilidad de cuidar a los pezoncitos nuevos.
De ser así, muchas de mis actividades como ir a la facultad, trabajar, tocar la guitarra o dedicarme al msn, se verían canceladas por esta nueva responsabilidad que debía asumir.
Mis pezones son extraños, por que fuera de los pezoncitos que han salido alrededor, muchos que han mirado mis pezones, se los han querido chupar y me han visto como una mujer, o también han tenido la manía de agarrarlos y estirarlos.
Cuando sucede esto ultimo, mis pezones disparan balas como mecanismo de autodefensa, y la persona se deja de romper las pelotas.
Pero no solo son utilizados como armas cada vez que me veo en la necesidad de usarlos cuando quiero salvar al mundo, por que otras veces tengo sed y debo tomar algo, o en las mañanas de cada día, varias veces me he quedado sin leche Parmalat, y debo tomar un vaso, poner mis pezones, llenar el vaso ya con la leche de mis pezones, un poco de Nesquick y tomar el vaso para tener la fuerza de Popeye, el marino.
Otras veces, cada vez que salgo a bailar, como cazador busco presas, pero siempre tengo el miedo de elegir a una presa equivocada.
Y no es por que este muy borracho, por que cuando lo estoy, mis pezones expulsan el alcohol ingerido por sus vías propias, pero el problema de elegir una presa, es que muchas veces uno elige a una presa muy poco potencial.
Es decir, que puedes elegir una presa y sea muy histérica o frígida, también insoportable o que lo único que haga, es mirarte y decirte: “Si, no, Ok, jaja” y no te siga una conversación. A mis pezones no les gustan las mujeres que tienen la costumbre de hacerme perder el tiempo. Para evitar todo ese tipo de problemas, mis pezones van apuntando diferentes “targets”, funcionan como antenas que van alertando el peligro, hasta que encontramos a un target apropiado para atacar con un “hola, te he visto y vine hablarte, ¿Cómo te llamas?” y así empezamos. Varías veces se vuelve difícil no subir la temperatura por que semejante pezones demandan una semejante excitación, y estos pezones siempre están así las 24 horas, por eso muchas veces es complicado para mi en convertirme un caballero con damas.
A mis pezones les encantan morochas y tetonas, no les gustan las rubias por que mis pezones han tenido malas experiencias con “pezonas” rubias. En cuanto a castañas y pelirrojas, mis pezones las ven con buenos ojos, pero cuando son morochas, mis propios pezones se tiran hacia ellas, parece que se quieren salir de mi cuerpo e ir directo hacia ellas.
1 comentario:
Pech os Boy
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